El Montnegre-Corredor es un macizo con una continuidad forestal arbolada importante y pocos espacios abiertos, lo que supone un riesgo para los incendios forestales. Además, aunque se desarrolla gestión forestal en muchas zonas todavía existe una parte importante no gestionada.
En muchos casos, esta gestión consiste en actuaciones de mejora donde es necesario desarrollar una inversión importante para la realización de estadas y el producto es escaso, por lo que se trata de actuaciones deficitarias difíciles de realizar si no se dispone de una subvención.
Por otro lado, la extensión de las propiedades es pequeña, especialmente en la banda costera, de modo que para poder ejecutar actuaciones es necesaria la agrupación de diferentes propiedades para que sea viable a nivel económico y logístico.
Otro de los retos del macizo es el hecho de que la mayor parte de sus bosques se consideren periurbanos. En ellos se desarrolla la actividad primaria (ej. forestal o ganadera) pero al mismo tiempo existen zonas residenciales y sirve como espacio de ocio de los habitantes de las ciudades cercanas. Este hecho supone un reto para la compatibilización de usos , la logística de la gestión forestal y un choque entre percepciones de las actividades que se desarrollan.